Aunque hoy en día se vea como algo lejano, el mundo cambia rápido. Las tendencias, que se dibujan con el triunfo del Brexit, Trump o el ascenso de Le Pen, aceleran las condiciones objetivas para que triunfe el ideal del iberismo. También el proceso soberanista catalán brinda una oportunidad para abrir el debate. No obstante, dependerá de que crezcan los apoyos y se abran las puertas mediáticas para poder incidir en la opinión pública. Para encarrilar el proyecto es necesario partir de bases racionales, pragmáticas y firmes. Aquí propongo una hipótesis, exclusivamente personal, de transición a Iberia.

los-tres

El proceso de transición a Iberia, es decir, la progresiva integración política de España, Portugal y Andorra en una nueva entidad política llamada Iberia, requiere de un fuerte consenso entre las partes. Dado el nivel de desconocimiento entre ellas, la ausencia de conciencia ibérica y la persistente desconfianza de Portugal hacia España, se hace necesario que dicho proceso tenga etapas para hacerlo viable. Evidentemente si hubiera una situación revolucionaria iberista donde fuera posible precipitar la integración de las partes, porque así lo corroborasen sus voluntades democráticas, entonces sería posible saltarse etapas.

Identifico tres etapas del proceso. Mi hoja de ruta parte de la Declaración de Lisboa (2016), que es la propuesta de punto de partida más seria del movimiento iberista. En cada etapa, las partes pueden replantearse su estatus en el proceso de integración: congelarlo, deshacerlo o continuarlo. Por tanto, cada etapa debe tener un referendo democrático entre las soberanías de los Estados-Nación ibéricos reconocidos por la ONU (España, Portugal y Andorra).

Primera etapa: CONFEDERACIÓN DE ESTADOS IBÉRICOS (ESPAÑA, PORTUGAL Y ANDORRA). Su articulación se daría a través de una constitución multinivel ibérica. Los tres estados representan la iberia atlántica, la iberia continental y la iberia mediterránea. El objetivo es crear una Comunidad Ibérica de Naciones, donde todavía los Estados mantienen su protagonismo y son, a la postre, los padres fundadores. Se confederarán los servicios públicos, la seguridad social, el espacio radioeléctrico, los organismos reguladores del mercado, los bancos centrales, las ligas deportivas ibéricas y se establecerá una estrategia diplomacia iberófona conjunta. En paralelo se crearán instituciones como un Senado Ibérico, como una cámara de representación territorial, así como una Conferencia de Presidentes Ibérica, donde participen Estados, Comunidades Autónomas españolas y Regiones Autónomas portuguesas. En este marco, se establecerán procesos constituyentes o reformas constituciones allí donde haya soberanía nacional. Podría valorarse un pacto amistoso de integración de Cataluña en Andorra en el marco del proceso de Confederación de Estados Ibéricos (España, Portugal y Andorra). 

Segunda etapa: REESTRUCTURACIÓN DEL ESTADO ESPAÑOL. Disolución del Estado de las Autonomías. Creación de 4 macrorregiones españolas (cantábrica, mediterránea, andaluza con Canarias-Ceuta-Melilla y castellana) de un tamaño similar a Portugal. Devolución de Olivenza a Portugal. Invitar a Gibraltar a participar en el proceso de integración. Galicia y Extremadura tendrán un protagonismo político especial por ser puente entre la hispanofonía y la lusofonía.

Tercera etapa: CREACIÓN DEL ESTADO FEDERAL IBÉRICO, mediante la federación de Portugal, Andorra y las 4 macrorregiones españolas, que formalmente serán Estados sin soberanía. Unificación de la soberanía nacional de toda Iberia, constituyéndose en un nuevo Estado-Nación multinacional y multilingüe (portugués, castellano y catalán; resto cooficiales). Disolución del Estado español. Cláusulas de derecho a la separación para aquellos territorios que fueron Estados independientes (España, Portugal y Andorra). Corresponderá en este momento,  la tercera etapa, y no antes, elegir democráticamente entre monarquía o república. El rey, al ser español, ya presupone un sesgo para una institución ibérica. Si bien, Felipe VI es el personaje público más iberista de España. Aún así lo tendrá difícil para ganarse al pueblo portugués y a amplias zonas republicanas del mediterráneo y el cantábrico, que claramente verían con buenos ojos una República Federal Ibérica. Haciendo un ejercicio del iberismo casamentero decimonónico la única fórmula que sale es que Leonor de Borbón (2005-) se case con el portugués Afonso de Santa Maria (1996-), ambos príncipes herederos. Un braganza de rey «consorte» podría tener un efecto persuasivo o podría ser visto como una provocación. Quien sabe. 

EL AUTOSACRIFICIO DE ESPAÑA, COMO OFRENDA A LA DIOSA ‘IBERIA’, PARA MUTARSE EN HISPANIA

Históricamente la construcción de un espacio unitario nacional siempre ha conllevado asimilaciones y autosacrificios. En el caso español, algunos territorios fueron parcialmente asimilados por Castilla, como los casos de León, Navarra, Granada o Aragón. Pero también existió el autosacrificio en pro de una empresa de más dimensión: como el de Castilla por España. Posteriormente los intentos de revolución nacional burguesa quedaron muy lejos de la homogenización revolucionaria francesa. Y los intentos del franquismo fueron con tintes reaccionarios. Y la historia volvió con el movimiento pendular del Estado de las Autonomías.

El panorama es desolador: junto a un obsoleto nacionalismo español, incapaz de reinventarse, hay una parte importante de la población sin autoestima nacional -que para algunos es positivo- y un auge del separatismo sentimentalista. El nacionalismo ibérico lo que vendría hacer es articular toda esa capilaridad nacional fragmentada. Y hacerlo aprovechando toda nuestra riqueza y de manera democrática. A tener en cuenta que Portugal posee un nacionalismo totalmente exitoso: todos los portugueses se sienten portugueses. Por tanto, aunque Portugal se integre en Iberia, debe mantener su unidad territorial. Portugal es una realidad anterior a España, aunque no a Hispania.

Aquellos patriotas españoles más inteligentes sabrán que del mismo modo que Castilla se autosacrificó por un proyecto de más calado como España, hoy España debe autosacrificarse por Iberia. A cambio se habrá ganado, o recuperado, una nueva Hispania sobre nuevos equilibrios. España se rencontrará con su hermana mayor Hispania y se reconciliará con la escisión portuguesa de León. Portugal completará su eje atlántico, reencontrándose con Galicia. El mediterráneo, la meseta y el atlántico se darán de la mano. Lisboa será el gran árbitro entre las nacionalidades ibéricas, dado que Portugal tiene en su ADN las dos tendencias ibéricas: el centralismo y el independentismo.

El autosacrificio voluntario de España no significa ir a una ingobernable e indeseable confederación de reinos de taifas. Todo lo contrario. Una confederación de pequeñas nacionalidades es, además, inviable por no ser sujetos jurídicos soberanos, por no poder mezclarse sujetos soberanos con no soberanos y por su cantidad: 17  comunidades autónomas, algunas de ellas irracionalmente uniprovinciales. Sólo cabe una confederación de grandes nacionalidades por razones de practicidad, con pleno reconocimiento plurilingüistico y plurinacionalidad de las «patrias chicas» pero sin conllevar soberanía o un vaciamiento del proyecto común ibérico.

Es indispensable que exista un gobierno ibérico central fuerte. Esta es la condición sine qua non para que se produzca tal sacrificio y, por tanto, valga la pena. Ahora bien, su nuevo poder central debe estar requilibrado peninsularmente y alimentado por una estrategia global en pro de la articulación intergubernamental de la Iberofonía (todos los países que hablan portugués y español), como una potencia diplomática emergente. Será así cuando recuperaremos el papel que nos corresponde en el mundo.

Frente al lugar común del argumento portugués de que quedarían en minoría frente a los españoles en un marco institucional democrático ibérico, cabría contraponer tres argumentos:

  1. que democráticamente se elige al gobernante más capaz y el que más se ajusta a sus ideas;
  2. que la nación portuguesa es la nación ibérica más cohesionada y que más simpatía despierta en otros pueblos ibéricos;
  3. que la nación portuguesa sería un gran árbitro diplomático entre el centro y la periferia.

Por tanto, sería mucho más probable la elección de candidatos portugueses que de origen «castellano».

El reto de Iberia es que paso a paso, desde una nueva centralidad ibérica, consigamos más fuerza juntos que separados. Nuestras diferencias culturales no deben ser un obstáculo, sino una ventaja.

No hay razones para el miedo en el terreno lingüístico. La fortaleza global del portugués es una vacuna contra el miedo de perder hablantes. Es más, el nuevo status de relación estratégica beneficiaría al idioma portugués. Los «falantes» crecerían peninsular y globalmente.

No se trata de reproducir el modelo español del bilingüismo, siendo siempre el castellano uno de los dos idiomas. Portugal debe mantener su idioma único oficial de Estado (junto con el cooficial en tierra mirandesa), independientemente que en la macroestructura ibérica tenga varios idiomas oficiales (portugués, castellano, catalán,…). El bilingüismo o trilingüismo en Iberia sólo tendría sentido si el portugués se adopta en todo el territorio nacional español, implicando a administraciones, medios de comunicación y sistema educativo.

La prioridad hoy en día es la primera etapa: la confederación de Estados (España, Portugal y Andorra). En relación a la segunda y tercera etapa sólo el tiempo dirá cuantas décadas serán necesarias para completar el ideal del nacionalismo ibérico.

Pablo González

30 comentarios en “Las 3 etapas de la transición a Iberia. Unos apuntes programáticos. Anexo: el sacrificio de España en pro de Hispania.

  1. Un artículo muy interesante y un planteamiento -a mi juicio- realmente inteligente. Sin embargo veo un error -realmente común- en el proceso que sigue a la primera etapa; Dicho error es la disolución arbitraria del estado español. ¿A caso no debiera ser sometido a la voluntad popular?. El planteamiento en sí me parece acertado pero entra en la utopía cuando se da por hecho que súbitamente se pueden crear 4 macrorregiones españolas sin una previa consulta popular y explicación lógica. Fijémonos en el nacionalismo integrador catalán que no encuentra apoyo alguno cuando trata de explicar que Valencia y Baleares deberían formar parte de un estado nuevo independiente del español: Los países catalanes. Imagínense meter en una región administrativa a la vez a Murcia, a Valencia, a las baleares y a Cataluña…lo veo complicado,-no imposible- pero realmente complicado.

    En cuanto a la devolución de Olivenza a Portugal, sin problema pero…¿ Qué sentido tiene si estamos hablando de una soberanía compartida entre andorranos, españoles y portugueses? ?No debería también someterse en todo caso a referéndum?. Y finalmente en cuanto al peso de Galicia y Extremadura y su protagonismo político suena más a un acto simbólico que aotra cosa. No es- ni mucho menos-que me oponga pero me parece un punto que debería ser tratado con más profundidad.

    Espero que mi reflexión ayude a perfilar con más precisión ésta propuesta tan interesante. Un saludo.

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    1. Borja. Gracias por tu comentario. Fíjate que la disolución del estado español no es en la primera etapa. Es en la última etapa, la tercera, por un cuestión obvia: nace el único nuevo estado ibérico.
      Como digo, son sólo unos meros apuntes para un posterior desarrollo.

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  2. Me parece una idea muy interesante. Soy portugués pero la parte de crear las macro regiones en España es estraño, por ejemplo Galicia e el resto de Cantabria tienen algunas cosas similares pero la lengua y cultura son un poco diferentes. Que tengan igual dimension territorial que Portugal me parece des necesario. Euskadi y Galicia son tan parecidos como Portugal y Cataluña.

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    1. Gracias Marco, entiendo lo que dices, pero creo que en el marco de Iberia no podemos repetir la experiencia de las CCAA, especialmente las uniprovinciales. El número tiene que ser menor para buscar escalas más eficientes y mejor gobernabilidad.

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      1. Entiendo que las CCAA en España tienen algunos problemas, sobretodo en la question de gestión de presupuestos, pero el tamanho no es el problema y intentar juntar en una psedo macro Comunidad Autonómica no es la solución para el problema. La question es que el problema de las Autonomias en España es igual al problema de la Unión Europea, quando todo va bien, es gracias al estado nacional, quando las cosas van mal, la culpa es de los burocratas de Buxelas. Te doy com ejemplo el caso de Suiza. En la Suiza existen cantones de todas las tallas y a vezes con particularidades muy curiosas como sea la division de un antiguo canton en dos (ciudad y campo) su division funciona bien y las diferencias culturales y linguisticas son respetadas. Con esto quiero decir que no seria necesario juntar Galicia e País Vasco en la misma region con Asturias y Cantabria de por medio. No seria natural ni tampoco eficiente. Digo yo. Pero el tema es muy interesante en una situación internacional llena de incertidumbre.

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    2. Si no crean macro regiones,Portugal tendrá mas representación política en el parlamento y eso no interesa a los españoles,De Espanha nem bom vento nem bom casamento !!!!!

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  3. Buen artículo.
    Opino igual que el autor en lo que se refiere a la necesidad de reducir el número de CCAA, pero Marco tiene razón en que conviene tener presentes en cierta medida las distintas sensibilidades identitarias que nos guste o no existen dentro de España. Mi propuesta de organización territorial consiste en trece regiones: España Interior o Meseta Central (que comprendería las actuales CCAA de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja), Andalucía, Galicia, Asturias y Cantabria, País Vasco y Navarra, Aragón, Cataluña, País Valenciano y Murcia, Baleares, Canarias, Portugal Continental, Azores y Madeira.
    Tras la fusión de España y Portugal, que debe ser nuestro primer objetivo, dejaría para una segunda fase la posibilidad de incorporar a la Unión Ibérica y Macaronésica a Gibraltar, Andorra y Cabo Verde.
    Como paso previo veo imprescindible la proclamación de la República en España.
    Saludos.

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  4. «Somos Hispanos, e devemos chamar Hispanos a quantos habitamos a peninsula hispânica», Almeida Garret, intelectual portugués, 1799-1854.

    Iberia es sólo un territorio. Hispania es una identidad cultural y política con más de dos mil años de historia, cuya denominación luego fonéticamente evolucionó a España (Spaniae, como intermedio), y cuya unidad fue reinstaurada por el rey visigodo Suintila en 630, rota por el Islam y restaurada nuevamente por Felipe II, luego perdida por la separación en reino de España y reino de Portugal lo cual a la larga dio con el declive actual de Hispania, de la España unida de toda Iberia.

    La denominación de Iberia no tiene calado histórico, cultural ni político para movilizar una reunificación entre el reino de España y la república de Portugal; Iberia es sólo un territorio, y desde luego no somos íberos. Sólo Hispania o España, como prefieran, tiene identidad histórica, cultural y política para promover de nuevo la unión hispánica.

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    1. Por tanto no pueden existir simultáneamente España e Hispania. Pese a tener un mismo origen, la historia ha dado un resultado diferente. Además, el proyecto de España heredero del actual ordenamiento jurídico es más reciente que Portugal, que es contemporáneo de Castilla. Es preferible el nombre de Iberia porque en los idiomas nórdicos ya llaman a España como Hispania, y de lo que se trata es de una reconciliación hispánica, que tenga un nombre que las partes se sientan a gusto. Hay que convencer a los portugueses, no imponer nada. Sin la voluntad determinante de ellos, será imposible el proyecto unificador.

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    2. A ver cuanto a Iberia o Hispania. Iberia es el nombre Griego e Fenicio que se dio a la península que derivado del nombre Iber (Rio Ebro). El nombre Hispania era el nombre por el que los Romanos identificaban la Península. Como la influencia Romana está más cercana y fue mas intensa que la Griega, en la Edad media los Reyes de la Península también se llamaban Reyes Hispánicos. Me parece que el problema de esta adopción es que la Monarquía de España se empezó llamando Rey de España, en este tiempo el Rey de Portugal protestaba este nombre por el Rey de Portugal ser también un Rey de Hispania (España). En la actualidad ese facto es poco conocido por la mayoría de los Portugueses. Entended que para cualquier portugués la unión hispánica o federación española implica ser absorbido por el actual estado Español.

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  5. A Cataluña le pasa lo mismo, meter nacionalismos del siglo XIX sacando sentimientos de nacionalismo y romanticismo es que fumas algo fuerte sin duda. Sobre todo si ya estás dentro de un estado confederal como la Unión Europea en el siglo XXI y en un mundo globalizado.

    Me parece un poco elaborar algo que lo notas raro y desfasado. Ante una Unión Europea que legisla y que existe y que tiene parlamento y hasta jefe de estado y ministros a los que no se les llama así, pero lo son pues son un ejecutivo político y un legislativo sin lugar a dudas. Tiene todas las patas de un estado con otros nombres. Y creo que tú has hecho una copia de lo que hizo en su día la Unión Europea pero lo has reducido a Iberia. No obstante, me parece muy bueno, el texto de como se crea un estado.

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  6. Yo como Portugues-gallego digo que esta será una de las ideas más interesantes que he visto hasta ahora,estoy seguro que Saramago vibraría de emoción con semejante propuesta,yo….también
    Mi voto ya lo tienen,saludos.Antero Ribas

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  7. Yo soy un Ibérico asumido ! Además, creo desde siempre, que este és nuestro camino. No soy europeísta, porque eso no tiene sentido. Que identidad tenemos con un alemã, ó sueco, ó polaco, etc, etc. !
    Teniamos que haberlo echo desde algunos siglos antes …

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  8. O sea que, lo peor de lo peor, Muchos gallegos siempre nos hemos sentido más cerca de los portugueses que de los castellanos. Cuestión de idiosincrasia, pero ahora resulta que los nuevos lusistas que nada saben de Portugal, del que históricamente han renegado, van a hacer un nuevo país y englobarán una moderna república en un borbónico reino…. me da la risa.

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    1. Nino, lo que algunos puedan dicir ó pensar, quando sea algo negativo és poco interesante para una Causa ! Asi que «alante» y a reunir los que quieran estar con nosotros.
      En toda la península habrá gente que se interesa y le gustará hermanarse , Fuerza Ibéria .

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  9. Allá por los años 70 en plena militancia anti franquista un grupo de jóvenes en Vigo descubrimos el síndrome pe-ene-ene. Le llamábamos así porque generalmente lo mostraban los PNN, profesores no numerarios de instituto, siempre en actitud docente como si a ellos no les hiciese falta aprender. Me acuerdo de ellos cuando alguno para la defensa de su punto de vista me reenvía a tal o cual artículo a tal o cual texto… me sigue dando la risa. Veritas libarabit vos, pero no siempre….por desgracia, a los obtusos ni el conocimiento les da criterio. ¿Queréis un Portugal Ibérico? Pues llegáis tarde. Galicia tiene lazos y sentimientos portugueses, Castilla no. Por favor, no me reenviéis a vuestros textos, conjugad de una vez el verbo discere.

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    1. Están muy bien las batallitas. No soy profesor y tengo experiencia de vida en Portugal y Brasil. He estudiado a fondo el movimiento iberista que parece que lo obvias. Me parecen estupendos los lazos históricos y lingüísticos con Galicia. Y soy el primero en subrayarlo. Propongo una alianza de la hispanofonía con la lusofonía. No veo incompatible lo que ti te parece. Saludos y espero argumentaciones sobre el tema desde una actitud abierta. Muchas gracias.

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      1. Olá,

        Estamos unidos (liados) a europa desde 1986. Creo que esta és una alianza que no tiene futuro ni tampoco sentido. Hemos perdido 31 años de vitalidad, de oportunidades, cansados y sobretodo agotados, de intentar hacer algo para lo qual no hai nada que hacer.

        Pero bueno, lo que no se puede cambiar, cambiado está ! La única solucion , és que la sociedad civil haga algo. Los partidos politicos instalados, no van a moverse. Ellos estan «muy bien» con el tema este – de los goviernos se pasan para las autonomias, y quando dejas de verlos ya estan en europa ó otro cargo internacional ! És muy difícil y se necesita sangre nuevo, joven, que se sientan mal tratados por este sistema y crean que luchando pueden conseguirlo! Necesitamos expandir una «dotrina» séria, coerente, que se comprometa con valores de antaño, que vamos perdiendo, y que podamos pasar a las nuevas generaciones. Al revés y con el paso del tiempo , se perderan y se olvidan !

        Hay que seguir hablando ! Perdona mi castellano, pero creo que és mejor que tu português .

        Saludos Cordiales, José Manuel Nabeiro Caramelo – Campo Maior

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      2. Obrigado José Manuel pela tentativa de falar em espanhol. Só teve uns pequenos erros. Acredito que temos um nível bem parecido, porém o importante é que o espanhol e o portugués, especialmente na escrita, sao perfeitamente compatíveis. Um abraço.

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  10. Desde mi punto de vista construir un nuevo estado-nación requiere un cambio de la mentalidad actual referente a cómo está estructurado el territorio peninsular, lo que yo llamo «cambiar el chip». Para mí partir del estado actual de división territorial es un error, porque siempre existirán las facciones nacionalistas basándose en fronteras históricas y un nuevo estado no debe estar lastrado por esas reivindicaciones. La Historia es pasado, esto es futuro.

    Conozco Portugal y desde siempre he pensado en cuánto nos beneficiaríamos mutuamente, no como naciones hermanadas sino como un único estado-nación.

    Se trataría de fundar/crear un nuevo estado-nación, hasta empezar por el nombre. Mi sugerencia sería llamar a este territorio «HERCINIA», evitando nacionalismos de ninguna clase y siempre mirando al futuro. Si se estudia cómo se formó la Península Ibérica, conoceríais que en origen se encontraba un macizo montañoso, conocido como Ibérico, Hespérico o Hercínico, que resumidamente fue arrasado por la erosión que constituye la base sólida más antigua (rocas más antiguas) y de la que salieron los materiales que por diversos procesos (erosión y movimientos de elevación y hundimiento) se formó la gran parte del resto del territorio peninsular (muy, muy, muy simplificado).
    Yo, como nombre a esa nueva nación, para evitar todo tipo de «nacionalismo», no lo llamaría ni Iberia ni Hispania, ya que esos dos nombres fueron dados por «pueblos» foráneos a los habitantes que ya residían en la península antes de su llegada. Íberos fueron llamados los habitantes vecinos a los griegos que se asentaron en la costa mediterránea de la península, hispanos por los romanos( de la palabra Hispania hay diversas hipótesis de dónde procede fenicia-cartaginesa, íbera, vascuence, etc…). Así que para evitar «ombliguismos», no daría ninguno de esos dos nombres a esta nueva nación.

    Desde mi opinión esta nueva nación, HERCÍNIA, , siempre dentro de una entidad mayor europea, debería empezar a estructurarse en función de las cuencas hidrográficas desde los pueblos más pequeños, (son los ríos los que articulan un territorio y a lo largo de sus orillas como el ser humano ha ido recorriendo y estableciéndose primeramente en ese territorio y posteriormente intercambiando y socializándose con otros asentamientos, primero con los de la misma orilla y después con los de la otra orilla) .
    Todos los territorios que viertan aguas a un cauce del tamaño que ya se definiría, (yo tengo mi opinión), serían un Ayuntamiento (con múltiples localidades) con el nombre del cauce, (p.ej. Ayto. del Palancia, del Erjas, del Sabor, del Ordunte, del Freser, etc..).Este sería el primer nodo (nuts). A partir de ahí se podrán hacer uniones para agrupar territorios mayores (estilo comarcas -2º nodo-, provincias-distritos – -3º nodo-).
    La división territorial mayor dentro de la nación (equivalente a las autonomías, lander) sería la de los grandes ríos que articulan el territorio, uniendo las cuencas «exteriores», así quedarían: NOROESTE (Vouga-Limia-Miño-Duero-Cantábrico Occ) ; NORDESTE (Cantábrico Or.-Ebro-Costera Catalana); CENTRAL NORTE (Mondego-Tajo-Turia-Mijares-Senia-Baleares); CENTRAL SUR (Sudoeste Portugal-Sado-Guadiana-Júcar-Vinalopó) SUR (Guadalquivir-Segura-ríos costeros autóctonos andaluces-islas atlánticas). ¡¡CINCO «territorios AUTÓNOMOS», en lugar de 17+Portugal!!
    Para evitar las «disputas», por ser «capital del territorio», las grandes ciudades+área metropolitana (Madrid, Barcelona, Lisboa, Oporto, Bilbao-Sevilla, Málaga, Zaragoza, Valencia, etc..) a partir de un número de habitantes o por su peculiaridad (Ceuta-Melilla) pasarían a ser «ciudades autónomas», sin territorio más allá de su límite urbano, las poblaciones cercanas a estas podrían optar a unirse a estas ciudades, perdiendo el término municipal por la zona donde no hubiese contacto con la ciudad.
    Cada Ayto. decidiría que idiomas tiene como oficiales (mínimo 2), procurando mantener una cierta cohesión territorial (no ubicar islas idiomáticas por «caprichos políticos», rodeadas por territorio lenguahablante distinto al del Ayto.) , no excluyendo ni discriminando a ninguno de los idiomas existentes en la actualidad, dando beneficios (discriminación positiva) a aquellos que optasen por idiomas «integradores» de la nación, . Y con esto, repito, no discriminar a ningún idioma. Hay muchos países en el mundo que tienen multitud de idiomas y un idioma integrador de comunicación entre las personas de distintos territorios.
    Esto lo extendería a toda Europa con los valores que se consideran occidentales (solidaridad, individualismo, liberalismo, constitucionalismo, derechos humanos, igualdad, libertad, imperio de la ley, democracia, libre mercado, separación Religión y Estado).

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