Felipe VI realiza una defensa de la iberofonía en el parlamento portugués

Discurso completo en la Sede de la Asamblea de la República. Lisboa, 30.11.2016

A gradeço muito sinceramente a cordialidade com que me abrem as portas desta Câmara e atravesso o limiar da Assembleia da República com um profundo respeito pelo privilégio que me concedeis.

Venho de coração aberto para me encontrar com os representantes do caro povo de Portugal, terra que tenho sempre presente, que frequentei desde a infância e de que guardo as melhores recordações.

Gostaria de partilhar convosco muitas e profundas emoções que suscita em mim o vosso generoso convite de hoje, ao ter pela primeira vez a oportunidade de me dirigir a quem encarna a Nação portuguesa.

De meu avô, o Conde de Barcelona, herdei a gratidão invariável à hospitalidade do povo português e a admiração pela tradição marítima portuguesa e pelos seus grandes navegadores.

De meu pai, o Rei Juan Carlos, advém o meu amor pela língua portuguesa e o interesse fraterno pela sorte de Portugal. Lembro-me bem da alegria que ambos me transmitiram ao ver como Espanha e Portugal compassavam a sua nova vida democrática, o seu projeto europeu e a sua vocação ibero-americana, sentimento que continuo a partilhar com enorme convicção.

Por isso, é profundo, Senhor Presidente, o meu agradecimento pelas suas generosas palavras de boas-vindas e a minha gratidão pelo seu acolhimento hospitaleiro.

Con la Reina guardo también, de manera muy especial y agradecida, la imagen viva de unas jornadas muy fructíferas en Lisboa, en Oporto y Guimarães; y aguardamos con ilusión los encuentros y actividades que aún nos reserva esta visita.

Y ante esta Asamblea quiero dar las gracias solemnemente al Excelentísimo Señor Presidente de la República, el Profesor Doctor Marcelo Rebelo de Sousa, por su invitación, por su afecto, por su constante atención hacia la Reina y hacia mi persona. Por su sensibilidad y amistad hacia España.

Señorías,
Si una ley antigua manda dejar fuera de la casa propia las preocupaciones del mundo, esa norma se invierte en la casa de la soberanía nacional.

En efecto, bien sé que es, a la vez, un derecho y una obligación traer al Parlamento las inquietudes, las iniciativas y los anhelos de los ciudadanos; para buscar entre todos, mediante el debate y el acuerdo, la mejor de las respuestas en el marco del bien común.

En mi caso, pocos gestos me son más gratos que aquellos que me permiten asociarme a las ideas del deber y de la búsqueda del bien común, que son las que se encarnan en todas las personas que ocupáis vuestro escaño en esta Cámara. Soy, además, consciente de que nada que interese a vuestros compatriotas os es ajeno y, por ello, todo lo que a ellos preocupa e ilusiona llena cada día vuestras tareas parlamentarias; presididas ─naturalmente, dentro de la legítima discrepancia─ por una misma voluntad de acierto.

Y muy probablemente coincidamos en que, como en pocos momentos de nuestra historia, los asuntos que se debaten en los Parlamentos de Portugal y de España versan sobre cuestiones análogas.

Pues, Señor Presidente y Señorías, entre esas cuestiones, me gustaría subrayar aquellas que tienen que ver con nuestro lugar en el mundo y que tanto Portugal como España tenemos por fortalezas compartidas.

Nuestro primer anhelo, como españoles y portugueses, es seguir siendo ─y construyendo─ vigorosamente Europa. Europa es nuestra cuna y nuestro destino común. Ambos países celebramos este año 2016 el trigésimo aniversario de nuestro simultáneo ingreso en las entonces Comunidades Europeas, tras la recuperación de las libertades y la aprobación de sendas Constituciones, base de nuestra respectiva convivencia y concordia en democracia y libertad.

Los dos países nos sumamos entonces a un proyecto europeo de paz, reconciliación y fraternidad, un proyecto asentado sobre los pilares de la democracia y los derechos humanos.

Volvimos a unos caminos ─los de Europa─ por los que las personas, los bienes, los servicios y los capitales circulan con la misma libertad que en el interior de un Estado miembro. Gracias precisamente a esa libertad, las magnitudes de la relación entre los socios europeos y los datos de la relación bilateral entre Portugal y España, crecen de año en año.

Para ambos países la incorporación al proyecto de integración europea puso en marcha uno de los motores que más ha impulsado nuestro progreso económico y desarrollo social. Y con nuestra integración en Europa, ambas naciones hemos contribuido a que nuestros socios comunitarios valoren la trascendencia de estrechar los vínculos con Iberoamérica, con los países africanos de lengua portuguesa y con algunos de un oriente extremo, pero a la vez próximos a la historia peninsular.

Portugal y España mantenemos contactos permanentes para defender posiciones e intereses a menudo coincidentes respecto del cumplimiento de numerosas políticas comunitarias. Nuestra concertación y hermandad ibérica nos sirven bien para adelantar nuestros respectivos intereses en el seno de la Unión y apoyarnos solidariamente en momentos de dificultad.

Cuanto mejor vaya Europa, mejor irán Portugal y España. Cuanto mejor marchen España y Portugal, mejor caminará Europa.

Otra de nuestras fortalezas mutuas reside en nuestra dimensión atlántica, la que nos une en la OTAN/NATO junto a otros 26 países con el propósito de “salvaguardar la libertad y la seguridad de sus miembros”. Cuanto más libre y seguro sea el mundo, mejor irán España y Portugal.

Nos une así mismo nuestra pertenencia a Naciones Unidas. Fieles a su Carta, “reafirmamos la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas”. De ahí nuestro esfuerzo en solidaridad. Cuanto más extendida y general sea la dignidad del ser humano, mejor nos irá a portugueses y españoles.

Hablo de unas Naciones Unidas que felizmente han elegido por aclamación ─con el activo y entusiasta apoyo de España desde el Consejo de Seguridad─ al ingeniero Antonio Guterres como su nuevo Secretario General. Esta elección ha recaído sin duda en el mejor candidato; y la hemos celebrado “con los ojos niños y portuguesa el alma”, como hace decir nuestro dramaturgo Lope de Vega a uno de sus personajes españoles. Pues lo ha sido tanto por sus cualidades probadas, como porque pocas personas de cualquier otro país como Portugal aportan al concierto de las naciones una sensibilidad histórica y espiritual que recoge notas de los cinco continentes. Estoy seguro de que su mandato en Naciones Unidas impulsará con fuerza y convicción los valores universales, que en un mundo tan complejo e incierto es cada día más necesario defender, promocionar, y afianzar.

Con igual anhelo y compromiso y con el vínculo común de la historia compartida España y Portugal, junto a los demás países de Iberoamérica, hemos querido impulsar y estrechar nuestros lazos políticos, económicos y culturales. Instituimos, en 1991, la Conferencia Iberoamericana, máxima expresión de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, como un espacio en el que 22 países concertamos la voluntad política de sus Gobiernos y acercamos aún más a nuestros respectivos pueblos gracias a la proximidad cultural e idiomática.

Portugueses y españoles sabemos que cuanto más próspera sea Iberoamérica, más próspera será nuestra común tierra ibérica. Pero deseamos también, con nuestra prosperidad ─y con la europea─, contribuir igualmente a la de las naciones hermanas de Iberoamérica.

Esa dimensión americana de nuestros dos países, esa fortaleza que nos une otra vez al Atlántico, me lleva a hablar de otros dos inmensos valores de nuestras naciones, que desbordan el ámbito americano y europeo para extenderse por toda la Tierra: me refiero a la lengua española y a la lengua portuguesa que compartimos con otras muchas naciones.

Como tuve oportunidad de señalar en mi visita a Portugal, tan sólo unos días después de mi proclamación como Rey de España, la semejanza entre nuestros dos grandes idiomas constituye una de las bases fundamentales de nuestra fuerza y singularidad.

Y gracias a esa afinidad podemos reconocer hoy la existencia de un gran espacio lingüístico compuesto por una treintena de países de todos los continentes y por más de 750 millones de personas. Un espacio formidable, de alcance y proyección universal, que no debemos perder de vista en el mundo crecientemente globalizado de nuestros días. De este modo, cada vez que la lengua española y la portuguesa se hacen más universales, más universales se hacen Portugal y España.

Señor Presidente, señorías,
Esos lugares que compartimos en el mundo descansan sobre una realidad fecunda, viva y en continuo progreso. Es la realidad de unas relaciones bilaterales sólidas e incomparables. Nombrarlas todas ellas, enumerar los intercambios hispano-portugueses, sería nombrar el océano: no hay vertiente de la vida pública o de la sociedad civil que escape a esa intensificación constante, con pleno respeto a las respectivas identidades y soberanías nacionales.

Año tras año, desde 1983, las Cumbres entre nuestros dos países suman nuevos vínculos. Quisiera recordar los más recientes:

En el ámbito de la seguridad y defensa, destaca la firma del Acuerdo de Cooperación bilateral y nuestra activa presencia en la coalición internacional de lucha contra la organización terrorista Daesh.

La tranquilidad de portugueses y españoles debe mucho al trabajo codo con codo de nuestras respectivas Fuerzas Armadas, Cuerpos de Seguridad y Servicios de Inteligencia en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y la inmigración irregular.

Nuestro mutuo progreso en materia económica se asienta en unas cifras sin equivalente: España es el primer socio de Portugal; país que, a su vez, como socio comercial, supera para España al conjunto de Iberoamérica. Realidades en aumento de las que ayer me hice eco en el encuentro con empresarios de nuestros dos países.

En los últimos años tanto España como Portugal han sufrido una crisis económica que ha afectado gravemente a nuestros ciudadanos. Hoy nuestras economías han retomado la senda del crecimiento y seguir trabajando en la profundización de la relación económica bilateral es la mejor manera para consolidar la recuperación, la creación de empleo y la sostenibilidad del modelo social que compartimos.

España y Portugal queremos convertir a la Península Ibérica en una alternativa rentable para el abastecimiento energético de Europa. A ese fin se orientan la reciente creación de un mercado ibérico del gas y la dinamización del mercado ibérico de la electricidad. De ahí nuestro común empeño en mejorar las interconexiones energéticas con el resto de Europa.

Por otra parte, estoy seguro también de que muchos de los diputados aquí presentes conocen e impulsan ese capítulo de tan honda dimensión social y humana como es el de la cooperación transfronteriza, modélica a ambos lados de la raya.

Nuestros dos países, pioneros en la inédita mundialización marítima de los siglos XV y XVI, desean colaborar más en la economía del mar. Una economía, en sectores como la pesca, el transporte, la energía y el turismo, a la que tan solvente atención dedican las autoridades portuguesas y españolas.

En la noble tarea de dar a conocer en el país vecino la cultura propia colaboran resueltamente los prestigiosos Institutos Camões y Cervantes, y otras importantes iniciativas y actividades como la Muestra España y la Mostra Portuguesa, el Premio Luso-Español de Arte y Cultura, o el benemérito Colegio español y lisboeta “Giner de los Ríos”.

Senhor Presidente, senhores deputados,
Vim a este Hemiciclo, sede da vossa soberania, tal como o fez meu pai, o Rei Juan Carlos, para reafirmar e renovar a mensagem de fraternidade entre os povos de Portugal e Espanha.

Devemos olhar com legítimo orgulho para as quatro últimas décadas de vida democrática e em concórdia.

Devemos valorizar os nossos pontos fortes partilhados neste mundo global.

Devemos congratular-nos pela extraordinária vitalidade e riqueza das nossas relações mútuas.

Há quase quinhentos anos, com o impulso da Coroa, o português Fernão de Magalhães e o espanhol Juan Sebastián de Elcano iniciaram juntos a empresa de dar a volta ao mundo. Ambos abriram novos horizontes e reafirmaram a nossa confiança comum na capacidade do ser humano para superar obstáculos, só aparentemente intransponíveis.

Aqui, diante desta Assembleia, expresso a minha convicção de que Portugal e Espanha continuarão a caminhar juntos com o impulso dos sentimentos de afeto e amizade que, hoje como nunca, unem os nossos cidadãos. São sentimentos baseados no respeito, no conhecimento mútuo, no reconhecimento das nossas profundas afinidades; em tudo o que partilhamos que ultrapassa largamente a vizinhança; porque espanhóis e portugueses, portugueses e espanhóis, estão ligados por autênticos laços de fraternidade. Nunca na nossa longa história as duas sociedades se sentiram tão próximas.

Por tudo isto, Senhores Deputados, hoje, perante vós, perante o povo português, quero que saibam que como espanhol, como Rei de Espanha, o meu coração está com Portugal.

Muito obrigado.

Fuente: Casa Real

Iberismo desde el municipalismo libertario

Ayer se publicó esta contribución al debate: «Confederalismo ibérico. La plurinacionalidad viable» por José Luis Carretero Miramar.Ha tenido eco en medios de la izquierda transformadora como KaosEnLaRed.

http://joseluiscarreteromiramar.blogspot.com/2016/11/confederalismo-iberico-la.html

Palabras de Su Majestad el Rey en la cena ofrecida por Su Excelencia el Presidente de la República Portuguesa en Guimarães

A Rainha e eu sentimo-nos profundamente emocionados e encantados por estar em Portugal, convidados por Vossa Excelência para esta especialíssima Visita de Estado, tão desejada por nós e em atenção ao amável convite da Vossa Excelência. Com este convite, Vossa Excelência honra todos os espanhóis através de nós, reforçando simultaneamente a singular e incomparável relação que existe entre as nossas duas nações irmãs.

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Vossa Excelência distinguiu-nos este ano noutras duas ocasiões sublinhando assim a extraordinária ligação entre Espanha e Portugal.

Com efeito, tenho muito viva na memória a sua tomada de posse à qual tive a honra de assistir e não me esqueço da sua pronta visita a Madrid, que foi, de facto, a sua primeira saída para o estrangeiro como Chefe de Estado, após ter visitado no mesmo dia Sua Santidade o Papa.

Tudo isto mostra o calor, a proximidade e a frequência da nossa relação, que é a imagem fiel que sempre caracterizou os laços entre os Chefes de Estado de Portugal e Espanha.

La dimensión histórica y geográfica de Portugal nos abraza hoy en estas tierras del río Duero, en Oporto, su salida al mar; y en este Palacio de los Duques de Braganza de la ciudad de Guimarães, cuna de la Nación portuguesa.

Me agrada saber, Señor Presidente, que estas son también tierras vecinas de Celorico de Basto, donde tenéis raíces familiares y donde abre sus puertas a la educación y la cultura una Biblioteca Municipal que lleva vuestro nombre; distinción que, intuyo, debe llenar de orgullo a un hombre de tan clara y sostenida vocación intelectual que ha consagrado muchas horas a enseñar a los jóvenes.

Sabe bien Vuestra Excelencia que quien a Portugal llega, camina asimismo por otros territorios espirituales que abarcan los cinco continentes. Camina el visitante por tierras y mares del ancho mundo, pues Portugal hizo suya durante centurias la vieja dicción griega ─pontos─ que llama “puente” a lo que otros llaman “mar”, un concepto que considera al mar como aquello que une y no como aquello que separa.

Puentes que sustentan en Portugal su vocación mediterránea, europea, atlántica, africana y asiática, esto es, su vocación universal. España se reconoce también en esas longitudes y latitudes y por ello concuerda con Portugal en dimensiones clave de la vida internacional.

Juntos, hace treinta años, nos incorporamos al proceso de integración europea, a esa Europa que tanto nos ha dado y a la que tanto hemos aportado.

Juntos también impulsamos la Comunidad Iberoamericana, en 1991, con nuestros países hermanos de América. Tan solo hace unas semanas, Señor Presidente, cuando nos encontramos en la XXV Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias, hemos podido constatar la vitalidad y el enorme potencial que tiene para nuestra común vocación y deseo de seguir jugando un papel constructivo y positivo, fiel a nuestra historia y cultura, y de creciente relevancia para la comunidad internacional y la concertación en los grandes asuntos de impacto global.

Tras ese encuentro, Vuestra Excelencia se desplazó a Brasil para asistir a la XI Cumbre de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, un espacio también para la concertación y la cooperación que enorgullece a Portugal y a todos los países de expresión oficial portuguesa.

Igualmente, nuestras naciones se juntan a una misma mesa con otras de Occidente, en el marco de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (NATO), para garantizar nuestra seguridad en libertad.

La convicción con que Portugal y España militan en el campo del multilateralismo se evidencia con estos hechos; pero permítanme añadir –sin ocultar nuestra alegría por ello− que se ha visto asimismo fortalecida por la sabia elección de Antonio Guterres como Secretario General de Naciones Unidas.

España ha votado con pleno orgullo la candidatura del primer “peninsular” dispuesto a asumir la responsabilidad más universal del concierto de las naciones, por proceder de una Nación que fue, junto a España, la primera en llevar al mundo unos valores de dimensión universal.

Universales son también nuestras lenguas y el más bello testimonio sobre su difusión y hermandad histórica lo canta un verso portugués del inmortal Camoens. En su obra cumbre, Os Lusíadas, refiere el encuentro en la lejana Calcuta de un mensajero de Vasco de Gama con un personaje de la Berbería que le habla en castellano y dice Camoens: “O capitão o abraça, em cabo ledo/ouvindo clara a língua de Castela.”

Señor Presidente,

Quiero referirme ahora a mi emoción e ilusión –que, le aseguro, son muy profundas− por visitar Portugal como Rey de España y en compañía de la Reina. A una vinculación familiar de siglos se une el amor por esta tierra hospitalaria y por este pueblo acogedor y entrañable que me inculcaron mis abuelos, los Condes de Barcelona y mi padre, el Rey Juan Carlos.

En ese profundo afecto y estima por las cosas de Portugal, me acompaña siempre la Reina Letizia, y ambos nos preciamos de la consideración que siempre hemos recibido de los portugueses y de la que tuvimos cumplida prueba con ocasión de la visita que realizamos aquí como Príncipes de Asturias el año 2012, y posteriormente en nuestra primera visita como Reyes en 2014. Además de mis visitas anteriores y tantas en el ámbito privado, tanto antes de mi matrimonio como después −y con nuestras hijas.

Durante nuestra estancia en Portugal, hemos comenzado a desarrollar una agenda amplia que refleja la inmensa cercanía y la profundidad de los lazos que unen a nuestros Estados y a nuestros pueblos.

En los actos de hoy y en los de los próximos dos días se concreta una relación especial e intensa entre dos países y dos sociedades que se respetan, se quieren y miran juntos al futuro con esperanza. Seremos acogidos por la Asamblea de la República, y el Primer Ministro nos obsequiará con su hospitalidad; los Ayuntamientos de Oporto y Lisboa nos honran con las Llaves de dos de las grandes ciudades de Portugal; en la Universidad de Oporto y en la Fundación Champalimaud apreciaremos aún más el talento de los investigadores y jóvenes universitarios portugueses; también ratificaremos el brillante presente de nuestras relaciones económicas en nuestro encuentro con los empresarios portugueses y españoles.

En la completa agenda prevista, en la que nos consta que Vuestra Excelencia se ha involucrado personalmente y con gran afecto, vibra, Señor Presidente, el trasfondo vital de unas relaciones bilaterales sin parangón.

El vigor actual de nuestras relaciones debe alejar el pesimismo y debe confirmarnos en la veracidad de aquello que defendía Gregorio Marañón, tan conocedor del alma ibérica: “que el optimismo crea la ventura y el pesimismo crea la adversidad.”

Termino com outro agradecimento que expresso à sua pessoa, Senhor Presidente, e que estendo a todos os portugueses.

Quero agradecer a generosidade sem par com que Portugal acolhe a cultura e a língua espanholas. E assim o proclamo neste ano em que comemoramos a vida e obra de Cervantes, também ele um apaixonado da língua e da cultura portuguesas.

Desejo por último, com a Rainha, reafirmar-me em todos esses sentimentos que, como disse no início, nos inspiram a maior gratidão.

Senhor Presidente, permita-me agora que brinde e convide todos a brindar pela sua ventura pessoal e pelos maiores êxitos do seu mandato, pelo bem de Portugal.

Fuente Casa Real

Vídeo Presidencia de la República

Exposición de materiales audiovisuales “Pessoa/Lisboa” en Madrid

Nota de Prensa de Cultura Portugal – 14ª Muestra de Cultura portuguesa en España

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  • Una muestra sobre Fernando Pessoa, uno de los escritores y poetas portugueses más reconocidos de todos los tiempos en el Círculo de Bellas Artes
     
  • Esta actividad forma parte de la programación de Cultura Portugal

 

Exposición “Pessoa/Lisboa”

Fecha: 1 de diciembre a 5 de marzo

Lugar: Círculo de Bellas Artes (Sala Minerva)

Dirección: c/ de Alcalá, 42 28014 Madrid

 Cómo llegar: Metro Sevilla/ Banco de España (Línea 2)

Entradas: 4 euros (3 euros con carné joven)

 

Madrid, noviembre de 2016.el 24 de noviembre comienza en el Círculo de Bellas artes la exposición “Pessoa/Lisboa”, un conjunto de materiales audiovisuales divididos en grupos que recibirán un tratamiento coherente aunque diferenciado.

Dedicado a Fernando Pessoa, uno de los escritores más brillantes de la literatura mundial y que se caracteriza por su innovación para la lengua portuguesa al introducir en ella ciertos aspectos que poseen los movimientos vanguardistas de otras regiones, esta muestra contará con una pieza audiovisual elaborada bajo el guión de Alberto Ruiz de Samaniego y José Manuel Mouriño, que explora los principales lugares de Fernando Pessoa en la ciudad de Lisboa. La deriva confronta distintas citas extraídas de su obra con 22 emplazamientos de la capital portuguesa, en su mayoría viviendas en las que el poeta habita durante distintas épocas, aunque también se hace referencia a otros lugares indudablemente ligados a su escritura como la Calle de Los Douradores o el restaurante Martinho da Arcada.

La exposición también contará con un atlas,  una herramienta informática que permite navegar por una amplia selección de textos de Pessoa unidos por hipervínculos. El Atlas tendrá un índice de voces que se vinculan a textos seleccionados de Pessoa, bien por su relación con Lisboa o  sus referencias culturales.  Esta  selección de fragmentos pretende subrayar la importancia de la faceta poética de Pessoa, por alguna razón hasta ahora poco conocida en lengua castellana, y también ofrecer unas “puertas de entrada” a su obra que, sin dejar de ser representativas, tampoco sean demasiado obvias.

‘Cultura Portugal– 14ª Muestra de cultura portuguesa en España’ es una iniciativa que tiene como objetivo acercar a los españoles la producción cultural lusa más actual con propuestas de distintas disciplinas como música, fotografía, cine, teatro, literatura, arquitectura o artes plásticas.

En esta 14ª edición, destacan como principales exponentes de la cultura de Portugal músicos como José Cid o Rodrigo Leão, reconocido músico del país; la obra de teatro Oda Marítima con el actor Diogo Infante; la intervención del artista visual Vhils; o la conferencia del arquitecto y recién premio FAD, João Mendes Ribeiro, entre muchos otros.

 

Bibliografía iberista (VIII): «Historia de una idea. España y Portugal» (Andrés Borrego; 1869)

Se trata de los «Episodios Nacionales» del iberismo. La mayor prueba documental de los inicios e incluso auge del iberismo en su primera fase liberal, con raíz en las luchas por recuperar la Constitución de 1812 frente al absolutismo. Son varios artículos publicados en el periódico «La Iberia».

El autor Andrés Borrego (1802-1891) fue periodista, historiador e iberista. Considerado  pionero del periodismo parlamentario, fue testigo de lujo de los acontecimientos políticos en España y en el exilio. Tuvo siempre una posición más moderada que la del iberista Mendizábal.

Aquí pueden descargarse este libro histórico. Libro escaneado por Google Books.

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Bibliografía Iberista (VII): «La Iberia» (Sinibaldo de Más; 1853)

Se puede considerar la primera gran obra sobre iberismo y lo más importante: la primer gran propuesta razonada. Fue elaborada en Macao, territorio de Portugal en China, como fruto de las conversaciones del diplomático español, de origen catalán, con un obispo portugués.

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El libro se llama: «La Iberia: memoria sobre las ventajas de la unión de Portugal y España». En el mismo intenta desmontar el prejuicio portugués de que España estaba dominada por Castilla. Pone como ejemplo que había más diputados y ministros andaluces que castellanos.

Aquí tienen una reseña y el link al libro del blog La Jangada de Pedra

 

Bibliografía iberista (VI):»Historia del Nacionalismo Ibérico» (José Antonio Rocamora; 1994)

El profesor José Antonio Rocamora es el mayor experto en iberismo. Ha dedicado su vida académica a la investigación sobre el mismo y todavía lo sigue haciendo. Este libro es una edición más completa de su tesis doctoral. Podéis adquirirlo en Amazon.

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Unos años antes el profesor José Antonio publicó un artículo que podría considerarse un resumen de su tesis. El artículo se titula: «Historia de un nacionalismo fracasado: el iberismo» Aquí lo podeis leer en pdf

Bibliografía iberista (V): «Los Estados Unidos de Iberia» (Fernando Garrido Tortosa; 1881)

Las nuevas ideas socialistas utópicas se extendían en la época y quienes las defendían tenían vasos comunicantes con federalistas e iberistas. Destacan las influencias del emergente federalismo norteamericano. Sixto Cámara, Pi y Margall o Fernando Garrido Tortosa (1821-1883), eran tres buenos ejemplos.

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A continuación reproduzco el libro «Los Estados Unidos de Iberia» (1881) de Fernando Garrido Tortosa. Dos años antes de su muerte, lanzó este alegato para construir una federación ibérica: una República Federal Ibérica.