Boaventura de Sousa y el tacticismo contra el pacto del censo electoral en el Estado de derecho democrático

Es frecuente encontrar entre simpatizantes de la «rebelión legítima» del 1-O, según palabras literales del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, mostrar un desprecio absoluto al protocolo previo pactado antes de cualquier elección democrática: el censo electoral. Desprecio menos sentimental que político-democrático. El censo electoral puede estar manipulado por exclusión territorial o, como antiguamente, por sexos, clases e razas, o como está ampliamente aceptado: los menores de edad.

Si se castra el censo, se manipula el resultado. Evidentemente si se amplia (fuera de la ley), también puede haber una distorsión. Siempre hay que partir de un acuerdo previo sobre la dimensión del censo electoral. Cuestión, que en España, está consensuada, legitimada y cristalizada en la Constitución Española. La modificación de ese censo se debe hacer por los cauces legales.

Establecer una vara de medir a España diferente a Estados hipercentralizados y jacobinos, penalizando su diversidad, es un ejercicio de injusticia histórica. La única explicación posible, absolutamente lógica, es la identificación de Portugal con Cataluña por ser ambos condados con prisas secesionistas. Desde los tiempos de la leyenda negra, España se convirtió en un saco de boxeo. Todo un deporte, basado en la ley del embudo (doble moral; double standard; doble rasero; dois pesos; duas medidas).

Secesión portuguesa, que fue en contra del Reino de León, y no de Castilla. La posterior restauración de independencia fue ya contra la monarquía hispánica. Un tercer elemento, que fue imposible de realizar, es el separatismo cultural en el marco de afinidades de la Península  Ibérica.

Son estos sesgos los que explican que la suma ese tacticismo contra los protocolos sagrados de la democracia burguesa moderna y posmoderna. Censo y Estado de Derecho son elementos básicos para evitar guerras civiles.

Por último, en relación a las declaraciones de Boaventura, vemos como el partido político Podemos se negó a secundar y organizar una acción coordinada de la izquierda alternativa europea de apoyo al 1-0 en Barcelona. Se negó y vetó.